Hace tiempo tenía comprometida la visita a un amigo con el fin de poder disfrutar con su colección de lámparas de mina.
A todo le llega su momento, la semana pasada lo visité y admiré muchas de sus hermosas lámparas.
Cuando uno se inicia, te sirven todas. Para que no cometa los mismos errores que cometí yo, le recomendé: poco, pero muy bueno. Algunos ejemplares que tiene, lo son.
Y lo de siempre, que lleve al trastero las réplicas, brillan mucho, pero... son eso, réplicas, y afean a las preciosas lámparas que iluminaron las minas en España y mas allá de los Pirineos.
Fue agradable el momento y no descarto volver a verle en ocasión que se tercie.
¡Ánimo y gracias, Ignacio!
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