Puede sorprender que administrase unas fábricas un clérigo, pero tenemos comprobado que era habitual. Por ejemplo la herrería de Quintá en Quiroga fue siempre administrada por clérigos, posiblemente por ser personas con una cierta preparación en un medio social en el que predominaba la pobreza y el analfabetismo, que disponían de tiempo, versadas en cuentas, la lectura y la escritura, y por su condición religiosa, se supone que honradas.
La empresa fue consciente de que todas las mejoras efectuadas en las fábricas serían inútiles si no se disponía de una rápida comunicación con el mar, tanto para recibir materias primas como para expedir mercancías. Para ello abordó la construcción de una carretera de peaje hasta el puerto de San Cibrán, pagando los terrenos a los propietarios, de manera que los transportes que eran difíciles incluso en buen tiempo, a partir de su apertura fueron más fáciles y seguros.
Sigue…
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