De paquete, aunque parezca extraño en los tiempos actuales, la he encontrado ayer en un mercadillo dominical, a muchísimos kilómetros de las proximidades de cualquier mina de carbón, donde su presencia, no hace demasiados años, se haría imprescindible.
Al ser de paquete, tiene todas las piezas. Una vez examinada, observo que es muy probable, que nunca se haya usado.
Restos de un limpiador de metal aún permanecen en su interior y el paso del tiempo la ha recubierto de una pátina que aparece pronto cuando ha estado cierto tiempo en las proximidades de la mar, por lo que es necesario que recupere otra más favorable, sobre todo, en la parte del latón.
Estas condiciones, solamente con el pasador extraído del cierre magnético para que se pueda abrir la lámpara sin dificultad, pero además conservado engarzado al gancho de la lámpara con una cuerdita, fue motivo suficiente para interesarme por ella y comprobar que era una preciosa lámpara belga de bencina, tipo Wolf, de cierre magnético.
La sorpresa continuó cuando me dieron el precio. La tenía un comerciante amigo; hace muchos años que lo conozco, y en esa ocasión no hice ningún regateo en el precio, por considerarlo justo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario