Con este original título podemos nombrar la imagen de hoy, como lo ha hecho quien me la ha enviado. En ella se puede apreciar el cambio, para mejor, que ha experimentado la casa de la Dirección en la mina de Fontao en Galicia.
Basta contrastar esta imagen con la que aparece publicada en el libro FONTAO NA RETINA, que se puede ver con el comentario del libro de la semana pasada, para percibir esta mejora, que en ocasiones como ésta significan un avance singular en la conservación del patrimonio industrial y minero. Hemos de felicitarnos por ello.
Suele ser habitual que las grandes obras salgan adelante y otras, no por ser menos importantes caen en el olvido, caso de los útiles empleados en las minas para la iluminación o las herramientas de arranque, quienes en la actualidad suelen seguir sin ser tenidas en cuenta, sin valorar su verdadera importancia. En los años veinte del pasado siglo, para poder entrar a trabajar en la mina, el minero sólo necesitaba disponer de lámpara de mina y pala. Cuando el minero empezaba a arrancar el mineral en el interior de las galerías se sustituía la pala por la pica regadera, tan olvidada y poco estudiada.
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