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martes, 11 de diciembre de 2012

La respuesta


Gracias por tu e-mail y me halaga que me digas que te gustan algunos de mis comentarios. Voy con tu mensaje.
En primer lugar, te pediría autorización para publicarlo en el blog un día y yo te respondería al día siguiente en otro,de manera literal o como lo estimes oportuno.
Mis argumentos son los ya conocidos:

1. Estudiar y disponer de buena bibliografía, si se puede.
2. Estudiar las lámparas de mina de tu región desde los romanos en las Médulas (León), hasta la actualidad.
3. Tener claro lo que quieres. Cuanto más especialices la colección, más difícil es hacerla grande, pero si lo consigues será más importante.
4. Si adquieres el "vicio" de comprar: poco y muy bueno. Hasta cien lámparas, conseguirlas, es una "gozada"; a partir de ahí empiezan a ser un problema. Si puedes tenerlas en casa y manosearlas cuando te apetezca, estupendo. Cuando han de viajar a trasteros, locales, armarios escondidos... malo.
5. Si encuentras una pieza incompleta no la restaures nunca sin saber cómo era inicialmente.
6. Limpieza sí, pero desde mi punto de vista, respeta la pátina que le dan el transcurso de los años, mejor.
7. Buscarlas en todas partes. Siempre que se pueda tenerlas en las manos. En Internet se encuentran muchas cosas interesantes, el problema es cuando llegan manipuladas a fin de elevar su precio y no las puedes tener en la mano. En las ferias de lámparas en Europa, en mercadillos, en desembalajes, en las zonas mineras, donde menos lo esperes... Cuando más elejado estés de Asturias más baratas y más incompletas. Hay excepciones que te dan buenas alegrías. En estos momentos el precio casi lo pone el que las compra.
8. ¡Ojo! con las que brillan mucho, suelen ser un camelo y lo mismo con las réplicas de piezas muy valiosas, es preferible ir a disfrutar las originales en un museo.
9. Hay más lámparas de todo tipo que dinero.
Resumiendo: Lo importante, para equivocarte menos, es saber sobre el tema cuanto más mejor y tener las ideas claras con lo que se pretende. Rectificar con lámparas, es decir, deshacerse de ellas, es más difícil que conseguirlas.
Cordiales saludos.
Alberto Vilela Campo

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