¿Porqué?

Pese a ser una tentación para mí, habitualmente no incluyo bellas estampas mineras como la de hoy  donde aparecen un minero con martillo neumático, dos guajes (niños mineros) y el encargado, cuando estaban haciendo el plovorín del Pozo Venturo y no portan lámparas de mina, norma que intento cumplir.

Repito, pese a ser una tentación, no quiero mariposear mucho tocando temas mineros cuya temática y datos técnicos son superiores a mis conocimientos. En cambio, hablando de lámparas de mina siempre tengo la posibilidad de consultar bibliografía y preguntar a buenos amigos expecialistas en la materia con la que poder afrontar cualquier reto que se presente, intentando conseguir que el blog, pese a ser de contenido muy específico, pueda convertirse con el paso del tiempo en una referencia, al menos,  para entretener. Lo intento cada día. Otra cosa distinta es que lo consiga.

Ya me tomo la libertad de romper la dinámica, una vez a la semana, con fotografías que nada tienen que ver con las lámparas de mina para ilustrar la página de la novela De señortio a Señor que publico generalmente los viernes.