Hace escasas fechas acudí al concejo de Siero a visitar a mi amigo Raúl, coleccionista de lámparas de mina y seguidor habitual del blog.
Comprobé cómo su colección va aumentando en número y además de armoniosa, ya es muy considerable. Siempre me resulta agradable estar rodeado de lámparas y sobre todo poder tener en la mano aquellos ejemplares que, por su rareza, tienen algo especial.
Una de ellas fue la lámpara de seguridad tipo Wolf con coraza de agujeros triangulares y encendedor vertical fabricada en Gijón por la firma Adaro que fue muy usada por los mineros asturianos. Me llamó la atención el gancho tallado por un lampistero, posiblemente de Turón y, cuando la estaba colgando para hacer esta foto, Raúl me comentó donde la había adquirido, un mercadillo dominical, y añadió que pese a tener ya en su colección cuatro o cinco ejemplares similares, cuando la tuvo entre las manos pensó que estando tan guapa, cómo la iba a dejar sin comprar. En ese momento afloró en mi mente una pregunta: ¿A qué me suena? Pues a que los que sentimos fascinación por las lámparas de mina, como es mi caso, no nos resistimos ante una tentación como la que se le presentó a Raúl: la oportunidad de adquirir un bello ejemplar como el que aparece en la imagen.
Raúl echa en falta la posibilidad de un intercambio entre coleccionista a través del blog. En su día me planteé hacer algo al respecto, pero al final decidí que lo más sencillo a día de hoy es que, a través de las páginas que existen eBay, TC, Milanuncios.com,... vender las lámparas de las que se quiera prescindir y todos conocemos nuestros lugares preferidos para verlas y adquirirlas. La dificultad está en encontrar el precio adecuado, siendo el mercado y sus circunstancias quien lo marca.
Gracias Raúl por la tarde tan agradable que me resultó ver tus lámparas.
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