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domingo, 30 de marzo de 2008

LAMPISTEROS ASTURIANOS (I)


Todas los mineros que conozco y han trabajado o han estado relacionados con la mina, tienen una fascinación y afecto hacia las lámparas, compañeras diarias en su trabajo, que siempre me ha impresionado.

Empiezo esta serie de comentarios, haciendo un pequeño homenaje a quienes durante muchos años se dedicaron a conservarlas, fabricarlas o restaurarlas. Serán muchos de ellos, desconocidos para siempre, al igual que otros compañeros mineros en otras categorías , aunque éstos salvaron muchas vidas gracias a su específico trabajo minero.

No puedo olvidarme de aquellos lampisteros, cuando había escasez de lámparas en todas las Cuencas Mineras, como ocurrió con el gran desarrollo minero en los años veinte del siglo pasado, como hay constancia por escrito ocurrió en minas de la Sociedad Hullera Española de Aller. Allí los lampisteros las montaron a partir de los repuestos que existían en los almacenes de la empresa minera.

Mas adelante, creo que por justicia, me dedicaré a poner nombre a alguno de estos lampisteros anónimos, y a especificar lo que cada uno de ellos hizo en todas las lámparas que restauraron con un toque personal que las hace fácilmente reconocibles en cualquier lugar que se encuentren.

Es un poco triste que estos lampisteros que en muchas ocasiones transformaron las lámparas de mina en verdaderas obras de arte con sus limas y paciencia, sean denostados y puestos en tela de juicio por estos trabajos realizados.

Generalmente lo hacen personas que en las lámparas de mina no ven más que una forma de hacer negocio, porque les resulta más fácil adquirir las fabricadas en otros lugares o buscan llamar la atención con sus comentarios, olvidando que a la finalidad para que fueron inventadas de dar seguridad y luz, éstos añadían la estética.

No hemos de olvidar que muchas de ellas son piezas, que por tener mas de 100 años deben de ser consideradas como una antigüedad y por tanto si alguien las adquiere son y serán una buena inversión, al menos si éstas fueron fabricadas o trabajaron en las minas asturianas, porque han llegado muy pocas a nuestros días.

Siempre recuerdo este testimonio de un lampistero del Valle del Aller:


Cuando me jubilaron, al poco de yo marchar hubo una explosión de grisú y murieron tres compañeros. Se atribuyó la causa a un fallo en una lámpara. Pasé mucho tiempo sin poder dormir, aunque lógicamente yo no tuve nada que ver con el accidente.

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