Las minas de la Real Compañía Asturiana, desde su fundación en 1833, estuvieron en vanguardia y fueron un referente para el resto de las explotaciones mineras asturianas por las medidas innovadoras y la introducción de los avances técnicos en los métodos de laboreo.
En esta época las minas que se explotaban en Asturias eran las llamadas minas de paysanos, que abandonaban cuando los problemas técnicos surgían.
A Arnao, estos avances técnicos venían, generalmente, de la mano de Adolfo Lesoinne.
Una muestra de lo señalado se puede apreciar en el siguiente texto:
Si vienen a tiempo los carriles de hierro y las máquinas encargadas al Sr. Lesoinne, tanto tiempo hace de lo contrario, nos veremos reducidos a la mezquina producción de los años anteriores, a sufrir perjuicios de trascendencia...
Las herramientas necesarias encontraban a veces problemas burocráticos a su llegada a Asturias que retrasaban su puesta en funcionamiento. De todos estos detalles me ocupo en mi libro: Avilés: Carbón y Veleros.
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