Mineros de Aller. L. Camporro dejó escrito el siguiente comentario al pie de esta foto en la revista minera Hulla del mes de enero de 1976:
He aquí un testimonio gráfico con más de cincuenta años de historia por el vetusto Grupo Legalidad. Años antes de que la capa Trapiellina, descubierta por mi bisabuelo (Antonio-Camporro, nueve hombres perdieran su vida a consecuencia de una explosión de grisú.
Como el carbón era fuente y recurso de vida, la explotación del grupo continuó haciendo posible la fotografía, la mayoría fallecidos.
Allí estaban, Manuel López, Melchorín, abuelo de nuestro jefe de redacción, Herminio y Melchor Requejo, José Mª de la Feleguerosa, Pedro “El embutiu”, Francisco Baizán, Félix Valdavida, Plácido Gómez, Máximo Taruelo, Jesús Tablao, Pepe Matilde, Villalobos, El tiu Manuel de Pelúgano, Urbano Riosa, Eliseo Carva, Felipe Sinariego, Juan Larrondo, todos ellos fallecidos, y como testigos vivientes: Tomás Castaño y Pin Oviedo de los Cuarteles de Caborana.
Para los fallecidos, nuestro entrañable recuerdo, y para los que aún viven nuestros deseos de larga supervivencia.
En esta fotografía, los mineros llevan lámparas de seguridad con y sin coraza.
He aquí un testimonio gráfico con más de cincuenta años de historia por el vetusto Grupo Legalidad. Años antes de que la capa Trapiellina, descubierta por mi bisabuelo (Antonio-Camporro, nueve hombres perdieran su vida a consecuencia de una explosión de grisú.
Como el carbón era fuente y recurso de vida, la explotación del grupo continuó haciendo posible la fotografía, la mayoría fallecidos.
Allí estaban, Manuel López, Melchorín, abuelo de nuestro jefe de redacción, Herminio y Melchor Requejo, José Mª de la Feleguerosa, Pedro “El embutiu”, Francisco Baizán, Félix Valdavida, Plácido Gómez, Máximo Taruelo, Jesús Tablao, Pepe Matilde, Villalobos, El tiu Manuel de Pelúgano, Urbano Riosa, Eliseo Carva, Felipe Sinariego, Juan Larrondo, todos ellos fallecidos, y como testigos vivientes: Tomás Castaño y Pin Oviedo de los Cuarteles de Caborana.
Para los fallecidos, nuestro entrañable recuerdo, y para los que aún viven nuestros deseos de larga supervivencia.
En esta fotografía, los mineros llevan lámparas de seguridad con y sin coraza.
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