Lámpara Adaro que se entregó al director del orfeón de El Berrón el pasado sábado en la iglesia de Carbayín, Siero.Cuando todo había finalizado en el interior del templo y estábamos en el pórtico, llegó a mis proximidades uno de los miembros del orfeón, portando la lámpara, que en el vaso llevaba una pegatina donde se podía leer que no está autorizada para su uso en las minas, y que momentos antes había sido entregada al director.
Intentaba encontrar a alguien que le apagara la lámpara. A mi lado, un voluntario, la tomó en la mano, e intentó hacer bajar la mecha con la rosca situada en la parte inferior de la cepa y apagarla. Fue en vano. Alguien dijo en voz alta:
-¡Déjasela a éste que fue mineru!
-¡ Tráela pa ca!, fue su inmediata respuesta.
La tomó por el gancho en una mano y la dejó caer en un movimiento enérgico, pero brusco, como en caída libre hacia el suelo. Al recuperar la posición inicial, la lámpara estaba apagada.
Como siempre ocurre cuando voy a Carbayín, me resultó muy agradable la tarde.
Intentaba encontrar a alguien que le apagara la lámpara. A mi lado, un voluntario, la tomó en la mano, e intentó hacer bajar la mecha con la rosca situada en la parte inferior de la cepa y apagarla. Fue en vano. Alguien dijo en voz alta:
-¡Déjasela a éste que fue mineru!
-¡ Tráela pa ca!, fue su inmediata respuesta.
La tomó por el gancho en una mano y la dejó caer en un movimiento enérgico, pero brusco, como en caída libre hacia el suelo. Al recuperar la posición inicial, la lámpara estaba apagada.
Como siempre ocurre cuando voy a Carbayín, me resultó muy agradable la tarde.
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