Escogí a José Luis para que afrontara la restauración de la lámpara. Por vivir lejos de Asturias, las lámparas de mina no las ve con la frecuencia que le gustase, y las que se ven en Internet y se pueden comprar más fácilmente, son diferentes a las empleadas por los mineros de su zona y que aparecen en las viejas fotografías.
La primera impresión al verla fue de extrañeza. Pero aceptó el reto de fabricar la jaula que acoplase a la cepa.
Con las dos imágenes que le proporcioné de lo que debía de fabricar, lógicamente resultó insuficiente para poder afrontar la empresa con garantía. Hacían falta medidas precisas.
Una vez más solicité ayuda al Museo de la Minería de El Entrego, y una vez más, el museo me respondió favorablemente.
Sigue...
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