Cumplió su promesa. Al cabo de unos días apareció el candil y me llamó. Le puse de manifiesto que sería una pena que se perdiera y que necesitaba hacer ya las correspondientes fotos para el libro.
Entonces le puso precio, diciéndome que no quería otro candil de sapo, ni nada; solamente los euros que me había pedido inicialmente. Entonces acordé con él, ir a hacer las fotos en su domicilio, ante el excesivo y desmesurado precio.
No se si me traicionó el subconsciente o no, pero fui a hacer las fotos sin cámara…Al final no me quedó otro remedio más que intentar conseguir que rebajara algo el precio, cosa que el dueño hizo y traerlo para casa.
Estas piezas son caras cuando se pagan, pero después, como son piezones…
Afortunadamente llegó a tiempo y hoy aparece publicado en dos fotografías en el libro Luces en las minas de Asturias: Candiles de sapo en la edición mayoritaria del libro y en una fotografía, en la edición personalizada que he realizado por encargo del Consorcio de
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