Pues no. El mismo siglo XX viviría hacia su recta final el cierre casi generalizado de las minas europeas más históricas, tanto energéticas
Una de las primeras monografias sobre el tema de las lámparas de mina es la que publicó José Manuel Sanchis Calvete en 1990 bajo el título de “Luz en la mina: del candil a la lámpara eléctrica” en la cual hace un completo recorrido por diversos tipos de lámparas europeas y norteamericanas. Cuatro años después los franceses Michel C. Dupont y Gil Lebois publicaron, bajo el auspicio del Museo de
En cualquier caso, desde aquellos magníficos libros franceses, tuvimos que sufrir los españoles, y especialmente los asturianos, la afrenta de que nuestra tierra, con su acreditada historia minera, avalada incluso por dos escuelas técnicas de demostrado prestigio, careciera de publicaciones similares, con ejemplares y textos autóctonos sobre las lámparas de mina. Habría de ser en este año 2005, que ya se nos escapa con su cuarto centenario del Quijote y su sesquicentenario de pusiera fin a tan imperdonable vacío para afrenta de la legión de técnicos que por las minas hemos pululado. En su primer libro, al igual que Dupont y Lebois, Vilela dedicó la mayor parte a las lámparas de seguridad. Quedaba, pues, pendiente el necesario homenaje al modesto pero extraordinario candil de mina y si los franceses ya cuentan con el adecuado monumento historiográfico a su “rave”, nosotros, gracias de nuevo a Alberto Vilela, hacemos los propio con nuestro “sapu”. Enhorabuena y muchas gracias.
(1). Tan sólo en España, quizá el país del mundo con mayor número de yacimientos históricos -algunos de los cuales se citan ya desde tiempos bíblicos- las dos últimas generaciones hemos sido testigos del cierre de minas milenarias como las de Rio Tinto,
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