Vilela: «Estamos a tiempo de recuperar las lámparas de mina como patrimonio industrial»
El escritor presentó en Mieres el libro que completa su trilogía sobre las luces en las explotaciones de carbón.
Mieres del Camino,
José Ángel GAYOL
Dentro de la programación de actos del Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas , y organizado por el Club Cultural y Deportivo Mierense, se presentó el libro «Luces en las minas de Asturias: lámparas de seguridad», de Alberto Vilela. El acto contó con la presencia del alcalde de Mieres, Luis María García, que alabó esta clase de iniciativas. También estuvieron presentes el facultativo de Minas Luis Jesús Llaneza, y el geólogo Pedro Fandos, que acompañaron al autor en la presentación de un nuevo libro sobre lámparas de mina, un tema sobre en el que Alberto Vilela ya cuenta con varias obras en su haber. Y es que el autor ya ha publicado anteriormente «Luces en las minas de Asturias», que daba nombre al conjunto de la trilogía, y «Luces en las minas de Asturias: candiles de sapo».
Precisamente Pedro Fandos aludió «al esfuerzo tremendo que significa completar esta trilogía de lámparas de mina», y leyó un fragmento de la obra en el que se describe el estupor de un protagonista coetáneo ante el desarrollo tecnológico que suponen las lámparas de seguridad y el impacto que causaron en el laboreo de la mina, mejorando considerablemente el trabajo de extracción y las condiciones de salud y seguridad de los mineros.
Por su parte, Luis Jesús Llaneza destacó la prolífica obra de Alberto Vilela, cuya labor valora mucho por ser un buen conocedor de los trabajos mineros. «Vilela ha invertido muchas horas de su vida en la apasionada recogida, almacenamiento y ordenación de numerosos datos dispersos en las instituciones asturianas y de todo el país para poder dar a la imprenta sus documentados y bellos libros», dijo Llaneza, añadiendo que «su trabajo de investigación y elaboración posterior es verdaderamente admirable y digno de todo tipo de alabanzas». Además, el facultativo de Minas ha redactado el texto de contraportada del libro donde trata de argumentar la importancia de la lámpara de seguridad para el minero. Luis Jesús Llaneza terminó su intervención planteando el reto de realizar la obra magna y completa sobre la lámpara de mina.
Alberto Vilela disertó sobre el origen de las lámparas de seguridad que debían servir para evitar muertes con ocasión de explosiones de grisú. La invención de estas lámparas se atribuye a Davy, pero Alberto Vilela reconoce la imprescindible labor de Stephenson. Ayudado de fotografías, el autor fue desgranando el desarrollo de las lámparas de seguridad, así como su introducción en España por Cataluña y en Asturias. Alberto Vilela reconoció que «las lámparas de mina en Asturias están casi sin estudiar», pero «en Asturias tenemos la suerte de que durante muchos años y una vez que hicieron su desempeño de iluminar de las explotaciones subterráneas, fueron llevadas a las casas de los mineros, que las utilizaron en las paneras, en los hórreos, en los desvanes, y siguieron conservándose. Aunque estas piezas están oxidadas, son dignas de estudio, y se están perdiendo. Pero estamos a tiempo de recuperar este patrimonio de iluminación minera». «Sería una pena que esta parte del patrimonio industrial no se tenga en consideración», añadió.
José Ángel GAYOL
Dentro de la programación de actos del Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas , y organizado por el Club Cultural y Deportivo Mierense, se presentó el libro «Luces en las minas de Asturias: lámparas de seguridad», de Alberto Vilela. El acto contó con la presencia del alcalde de Mieres, Luis María García, que alabó esta clase de iniciativas. También estuvieron presentes el facultativo de Minas Luis Jesús Llaneza, y el geólogo Pedro Fandos, que acompañaron al autor en la presentación de un nuevo libro sobre lámparas de mina, un tema sobre en el que Alberto Vilela ya cuenta con varias obras en su haber. Y es que el autor ya ha publicado anteriormente «Luces en las minas de Asturias», que daba nombre al conjunto de la trilogía, y «Luces en las minas de Asturias: candiles de sapo».
Precisamente Pedro Fandos aludió «al esfuerzo tremendo que significa completar esta trilogía de lámparas de mina», y leyó un fragmento de la obra en el que se describe el estupor de un protagonista coetáneo ante el desarrollo tecnológico que suponen las lámparas de seguridad y el impacto que causaron en el laboreo de la mina, mejorando considerablemente el trabajo de extracción y las condiciones de salud y seguridad de los mineros.
Por su parte, Luis Jesús Llaneza destacó la prolífica obra de Alberto Vilela, cuya labor valora mucho por ser un buen conocedor de los trabajos mineros. «Vilela ha invertido muchas horas de su vida en la apasionada recogida, almacenamiento y ordenación de numerosos datos dispersos en las instituciones asturianas y de todo el país para poder dar a la imprenta sus documentados y bellos libros», dijo Llaneza, añadiendo que «su trabajo de investigación y elaboración posterior es verdaderamente admirable y digno de todo tipo de alabanzas». Además, el facultativo de Minas ha redactado el texto de contraportada del libro donde trata de argumentar la importancia de la lámpara de seguridad para el minero. Luis Jesús Llaneza terminó su intervención planteando el reto de realizar la obra magna y completa sobre la lámpara de mina.
Alberto Vilela disertó sobre el origen de las lámparas de seguridad que debían servir para evitar muertes con ocasión de explosiones de grisú. La invención de estas lámparas se atribuye a Davy, pero Alberto Vilela reconoce la imprescindible labor de Stephenson. Ayudado de fotografías, el autor fue desgranando el desarrollo de las lámparas de seguridad, así como su introducción en España por Cataluña y en Asturias. Alberto Vilela reconoció que «las lámparas de mina en Asturias están casi sin estudiar», pero «en Asturias tenemos la suerte de que durante muchos años y una vez que hicieron su desempeño de iluminar de las explotaciones subterráneas, fueron llevadas a las casas de los mineros, que las utilizaron en las paneras, en los hórreos, en los desvanes, y siguieron conservándose. Aunque estas piezas están oxidadas, son dignas de estudio, y se están perdiendo. Pero estamos a tiempo de recuperar este patrimonio de iluminación minera». «Sería una pena que esta parte del patrimonio industrial no se tenga en consideración», añadió.
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