Definitivamente he considerado oportuno intentar publicar, si es posible a lo largo del presente año, mi próximo trabajo del que ya conocéis su título y hoy me tomo la libertad de reproducir un fragmento relacionado con el tema que nos ocupa en este blog.
Fue un güaje, así llamamos en Asturias a los chavales, el que primero dio la voz de alarma. Contó que estaba cerca de la boca mina#, le habían mandado salir a buscar una pica regadera, herramienta ligera de peso con la que picaban el carbón los mineros, pues a uno de los picadores en el interior se le había roto el mango con la que estaba trabajando y no pudo arreglarlo como casi siempre se hacía en estos casos. Llevaba aún en la mano una lámpara de seguridad encendida y con lágrimas en los ojos empezó a relatar:
-De repente oí un ruido muy fuerte, mayor que el que produce un barreno, después oí los golpes que producen las entibaciones cuando se vienen al suelo y a continuación empezó a salir mucho humo. Entonces eché a correr para afuera y pude ponerme a salvo.
Dos de los mineros de la plazoleta penetraron en el interior de la mina al escucharle, para intentar salvar a los compañeros que se encontraban en el interior. Pocos metros más adelante cayeron al suelo desmayados.
Sigue…
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