Es mi estado de ánimo cuando empiezo a redactar el comentario de hoy. La causa es la información que me aporta un lector habitual del blog y que transcribo literalmente:
Te mando dos fotos, no muy buenas, de unas bancadas para cargar lámparas Adaro que hasta hace muy poco permanecían en la sala de compresores de la mina de San Finx aquí en Galicia. Han rehabilitado este edificio, el día 17 de este mes y ya no están. No se que habrán podido hacer con estos cargadores.
Una vez más estamos ante la incompetencia, nunca se sabe de quién, porque los políticos no la quieren asumir y los técnicos a los que mandan éstos son quienes hacen las grandes obras, también las grandes chapuzas, como es el caso.
Con lo bien que estaban estos cargadores repletos de lámparas de casco en el nuevo museo que están proyectando en Fontao, Galicia, o en los edificios anexos a la mina de San Finx, y seguro que estarán encima de un montón de chatarra, pues para otra cosa ni son atractivos, ni sirven.
¡Ojalá! alguien lea este e-mail y pueda hacer algo aún para intentar recuperar esos cargadores que ya formaban parte del patrimonio industrial y minero de Galicia y de una forma tan simple como la descrita desaparecen para siempre.
Gracias a Diego que me ha comunicado esta mañana los hechos. Espero que tengáis suerte y aparezcan ambos cargadores y tengan por destino final el museo.
Una vez más estamos ante la incompetencia, nunca se sabe de quién, porque los políticos no la quieren asumir y los técnicos a los que mandan éstos son quienes hacen las grandes obras, también las grandes chapuzas, como es el caso.
Con lo bien que estaban estos cargadores repletos de lámparas de casco en el nuevo museo que están proyectando en Fontao, Galicia, o en los edificios anexos a la mina de San Finx, y seguro que estarán encima de un montón de chatarra, pues para otra cosa ni son atractivos, ni sirven.
¡Ojalá! alguien lea este e-mail y pueda hacer algo aún para intentar recuperar esos cargadores que ya formaban parte del patrimonio industrial y minero de Galicia y de una forma tan simple como la descrita desaparecen para siempre.
Gracias a Diego que me ha comunicado esta mañana los hechos. Espero que tengáis suerte y aparezcan ambos cargadores y tengan por destino final el museo.
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