Hoy pongo la imagen de un precioso candil de sapo, en contraposición a mi comentario que trata sobre las réplicas, no sobre este candil auténtico y ni de los que pondré mañana. Es necesario precisarlo previamente.
Siguiendo con anécdotas que me ocurrieron en la Feria de minerales de Oviedo. Un comerciante navarro, que se llevó cinco de mis libros para su tierra, al verme, con orgullo y satisfacción sacó de debajo de su puesto un candil de sapo que había comprado una hora antes en el rastrillo dominical de Oviedo.
Al verlo le dije que cómo compraba candiles falsos. Quedó de piedra. Lo levantaba y lo miraba. Decía que no le había costado mucho, pero mas o menos me insinuaba que porqué lo sabía y era preciso darle argumentos.
Lo tomé en la mano y le dije que mirase lo que pesaba: Mucho. No le convenció mi primer argumento. Me dijo que las bisagras eran diferentes a las habituales, pero el resto del candil… No llegaba aún a entender la justificación de mi afirmación.
Sigue…
Siguiendo con anécdotas que me ocurrieron en la Feria de minerales de Oviedo. Un comerciante navarro, que se llevó cinco de mis libros para su tierra, al verme, con orgullo y satisfacción sacó de debajo de su puesto un candil de sapo que había comprado una hora antes en el rastrillo dominical de Oviedo.
Al verlo le dije que cómo compraba candiles falsos. Quedó de piedra. Lo levantaba y lo miraba. Decía que no le había costado mucho, pero mas o menos me insinuaba que porqué lo sabía y era preciso darle argumentos.
Lo tomé en la mano y le dije que mirase lo que pesaba: Mucho. No le convenció mi primer argumento. Me dijo que las bisagras eran diferentes a las habituales, pero el resto del candil… No llegaba aún a entender la justificación de mi afirmación.
Sigue…
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