Abusando de la confianza que mis lectores siempre me depositan, por tercera vez aparece esta lámpara fabricada por Adaro en Gijón en las fotos de estos días.
Vi cuatro lámparas asturianas. Afotunadamente una regresó del exilio. Nada más plantar los libros, que turvieron muy buena acogida en la muestra, un comerciante se acercó con un ejemplar de lámpara eléctrica Adaro (1930). Posteriormente vi otra eléctrica Tudor-España. La verdad que a esta última por tener la rosca tronco cónica y no cilíndrica, no mereció mi especial interés.
Había también esta lámpara de seguridad y otra de tamaño ordinario, ambas fabricadas por la firma de Gijón, con la particularidad, una de ellas, de llevar la placa donde se puede leer: Luis Adaro Ingeniero. Gijón. Este detalle implica la importancia singular de la lámpara, y que permite catalogarla con cierta precisión. Es la primera que encuentro y veo con dicha placa.
Una estaba al precio del mercado en Asturias. La otra, la de la placa, estaba excesivamente valorada. Hubo que dejarla enfriar toda la feria, para que minutos antes de partir, el comerciante le bajase el precio. De esa forma vino de nuevo para Asturias.
Había en esta ocasión encendedores planos y cazoletas para las lámparas de seguridad Adaro, pero carísimos.
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