A veces, pocas, aparecen en Asturias estas lámparas eléctricas fabricadas en Gijón por la firma Adaro pero que tiene la cepa recortada.
Esta transformación la hacían los lampisteros para atender las peticiones de algunos técnicos que permanecían poco tiempo en las galerías y solicitaban que disminuyera el peso de la lámpara. Los lampisteros lo conseguían. Yo he tenido en la mano en Aller la lámpara de un capataz, similar a la de la fotografía, que me explicó todo lo que acabo de relatar.
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