El pasado lunes programé mi viaje a Cantabria de forma que al regreso pudiera hacer alguna escapadita y visitar a mis conseguidores de lámparas de mina.
Hace años era visita obligada, al lado de Torrelavega, ir a saludar y cambiar impresiones con un antiguo minero de Reocín, que vivía en Quijas.
Había trabajado durante muchos años en
Disponía de una pared llena de antiguas llaves de forja, útiles del campo, balanzas utilizadas en el laboratorio de la mina, alguna fotografía… y claro, alguna lámpara de seguridad, muy pocas, y muchas lámparas de acetileno –carburos-, que él mismo se encargaba de restaurar. Lo hacía muy bien, ya que era un manitas.
Pese a todo, había sido deslumbrado por las reproducciones, las cuales se intercalaban entre piezas de indudable mérito y que cantaban demasiado entre las cosas buenas de que disponía…
Recuerdo las lámparas de seguridad de mina que me proporcionó y un carburo FISMA completo de las minas de Udías, que se puede ver en la imagen de hoy, y que aún conservo.
Hace escasos años, después de pasado un verano, cuando estaba habilitando una nave para colocar lo que entendía más selecto, uno de mis pilares en la zona se había derrumbado, pues cuando volví a verlo, había fallecido.
Sigue…
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