Tras una intensa semana pasada terminando con la maquetación del libro Luces en las minas de Asturias: Lámparas de seguridad, motivada porque la chica que la ha realizado se marchaba el pasado viernes de vacaciones y había que concluirlo para esa fecha.
El esfuerzo que me ha llevado leer y releer en la pantalla los textos, estudiar la colocación de las imágenes de la forma que más me agradasen sin alterar en exceso el trabajo anterior ya realizado en la maquetación, me ha llevado a agotar mis escritos para el blog que tenía enlatados o atrasados; algo que por otra parte, no es del todo malo.
Sin embargo, en las circunstancias actuales, me encuentro un problema añadido cual es la falta de inspiración, al menos momentánea para escribir comentarios nuevos.
Por ello, he de recurrir hoy y las veces que sea necesario, a mi archivo con 4.000 imágenes que mi amigo José Luis me surtió hace ya bastante tiempo para situaciones similares, y que en el día de hoy aprovecho para rescatar del mismo esta bella imagen de lámparas de seguridad, que he reconocido haberlas visto en la Escuela de Minas de Madrid, ya que una de ellas ocupa lugar destacado en mi trabajo mencionado anteriormente.
Con ella, mi comentario de hoy al menos, lo he podido realizar.
El esfuerzo que me ha llevado leer y releer en la pantalla los textos, estudiar la colocación de las imágenes de la forma que más me agradasen sin alterar en exceso el trabajo anterior ya realizado en la maquetación, me ha llevado a agotar mis escritos para el blog que tenía enlatados o atrasados; algo que por otra parte, no es del todo malo.
Sin embargo, en las circunstancias actuales, me encuentro un problema añadido cual es la falta de inspiración, al menos momentánea para escribir comentarios nuevos.
Por ello, he de recurrir hoy y las veces que sea necesario, a mi archivo con 4.000 imágenes que mi amigo José Luis me surtió hace ya bastante tiempo para situaciones similares, y que en el día de hoy aprovecho para rescatar del mismo esta bella imagen de lámparas de seguridad, que he reconocido haberlas visto en la Escuela de Minas de Madrid, ya que una de ellas ocupa lugar destacado en mi trabajo mencionado anteriormente.
Con ella, mi comentario de hoy al menos, lo he podido realizar.
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