Antes de que en 1902 presentara Rivière en Barcelona la primera lámpara de seguridad tipo Wolf, hubo numerosos importadores de lámparas de todo tipo cuyos nombres aparecen publicados en los archivos de las empresas mineras.
La importancia de lo que aparece en estos archivos que he tenido la suerte de manejar, deslumbra en numerosas ocasiones a los estudiosos de estos temas y a los coleccionistas de Europa.
Por Asturias, puedo afirmar sin miedo a equivocarme, encontramos los tipos de lámparas más raros que se fabricaron nunca. Eso sí, en escaso número, ya que en mi opinión vinieron de la mano de los dueños y primeros ingenieros que dirigieron con criterios técnicos las explotaciones de las minas de Asturias, en su mayoría de Bélgica, Francia, Alemania y Reino Unido. Otras fueron aquí inventadas y por ello son desconocidas.
Se deslumbran cuando pueden comprobar la existencia de ejemplares muy raros de lámparas Cosset Dubrulle, Raymond, o importadas por Julius G. Neville anteriores a la llegada de las lámparas Wolf.
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