Teniendo en cuenta las dificultades que tuve para encontrar una ilustración donde apareciese un candil de Almadén en mi obra Luces en las minas de Asturias: Candiles de sapo, que me envió Luis Mansilla Plaza, pregunté a Eduardo, gerente de la Fundación Almadén, que teniendo en cuenta lo que significaron los candiles de Almadén, un hito en este tipo de candiles en España, imitados en Linares y Riotinto, donde además adquirieron el nombre de cada localidad, porqué no había mencionado en ningún momento de su exposición ni tan siquiera su nombre: ¿Los hay en Almadén? En la respuesta me confirmó que existían en sus vitrinas y que todos, además de lucernas, candiles árabes,... estarían a mi disposición para futuros trabajos, pues dejé claro que es mi deseo ir a Almadén.
La verdad es que desde hace tiempo, sobre todo cuando estoy en Alemania delante de vitrinas llenas de froch, candiles de hierro de la época de los que comento, siento curiosidad y ganas de estudiar la relación de éstos con los de Almadén. La diferencia de cumbustible empleado, aceite de oliva en España, sebo y grasa en Alemania, debieron de ser la causa de que aquí se construyeran mayoritariamente en hojalata y en hierro los alemanes. Hay que añadir, que las minas de Almadén fueron durante muchos años propiedad de los Fugger, banqueros alemanes, en la época en que se comenzaron a utilizar. Alguien recordó que ocurría como ahora, que estamos en manos de Ángela Merkel y sus dineros.
La siguiente pregunta fue para...
Sigue...
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