Me obligan a seguir una dinámica diferente a la que venía desarrollando hasta ahora: improvisando. Hoy he intentado buscar el blog en la loba Picasa y apareció esta imagen con las lámparas que aparecen en la portada de Luces en las minas de Asturias: Lámparas de seguridad. ¡Qué le vamos a hacer!
Aprovecharé para hacer el comentario de hoy la respuesta que envié a mi amigo Andrés a una de sus preguntas que versaba sobre cómo conseguir una bonita pátina.
En mi primer libro Luces en las minas de Asturias, ya agotado, dedico un capítulo a la conservación y tratamiento de las lámparas. Yo suelo limpiarlas con un cepillo de alambre colocado en una especie de taladro. Después, abrillanto las partes nobles con una pasta especial que utilizan en la industria. A la parte de hierro le aplico con un trapo una capa de betún de judea que usan los anticuarios para tratar la madera antigua y darle la pátina que desean, en la proporción necesaria para igualar las manchas. Otro método es sustituir el betún, a no les gusta la pátina oscura que deja, por una capa de aceite, otros por barniz, siempre que no deseen la pátina, que a mí me gusta más. El betún, además de proteger de la oxidación al hierro, permite en un momento determinado, retirarlo aplicando aguarrás o similar. No es recomendable pintarlas bajo ningún concepto.
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