Podía generar alguna duda saber si las cien lámparas que llegaron en el barril a Asturias fueron lámparas de seguridad, de las inventadas en Inglaterra unos años antes, o candiles de sapo. Por la fecha - 1839- y por su embarque desde un puerto francés, procedentes de Bélgica, de donde venían los materiales que compraban habitualmente para las minas, parece más lógico que fuesen candiles de sapo, sobre todo si tenemos en cuenta el siguiente documento de 1847 que nos dejó el Ingeniero José González Lasala (3).
En la actualidad en la Mina de Arnao sólo se conserva un candil de sapo y en mi opinión se adapta a la ambigua descripción que realizó el Ingeniero Lasala en 1847.
(3). José González Lasala [Veas (Jaén), 1821 - Orense, 1896], ingresa en la Escuela de Minas de Madrid en 1843. Al finalizar su carrera es habilitado como Aspirante 2º al servicio de la Inspección de Asturias y Galicia (5/12/1846), en cuyo destino permanecerá varios años. Ingresado en el Cuerpo de Minas prestará servicios en Riotinto, Almadén, Cartagena, Zaragoza y Santander, desde donde pasará al Ministerio de Ultramar, como jefe de negociado de minas e industria. Al ascender a Inspector General 2º (1879) se incorporará como vocal a la Junta Superior Facultativa, cargo en el que ya permanecerá hasta su jubilación en 1886. En Asturias participó con Adriano Paillette, Amalio Maestre y Restituto Álvarez Builla, en la elaboración del Plano topográfico de la cuenca carbonífera central de Asturias (Oviedo, 1848) y colaboró, también, con Paillette y Maestre en el estudio de los yacimientos de cinabrio de Telledo y Riospasos, ambos en el concejo de Lena.
(4). González Lasala, José. Memoria sobre las minas de carbón de piedra de Arnao (Asturias)/ Presentada a la Dirección General del ramo por el aspirante D. José González Lasala /1847. Centro de Estudios Rurales de Cantabria. Universidad de Cantabria. 1991. Pág.16.
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