Las pragmáticas reales
citadas, habían dado un nuevo impulso –en el aspecto legal- a las explotaciones
mineras y por estas fechas empiezan a documentarse las primeras minas de
Asturias. Así, en 1569 (13/12), se autoriza a Pedro de Solís para que beneficie
durante treinta días, una mina descubierta en los concejos de Avilés y Llanera
(9).
A partir de este momento
serán numerosas las referencias sobre concesiones mineras en la región;
especialmente de cobre, plomo y metales preciosos en Cabrales, Belmonte,
Luarca, Poo y Arenas, (1575 a 1593; ai). La primera noticia de la presencia del
fraile carmelita Agustín Montero en Asturias viene dada por la carta de 17 de
Agosto de 1587, en la que se previenen a los justicias permitan que el citado
religioso, en nombre del Monasterio de Nuestra Señora del Carmen de Valladolid,
beneficie una mina de campanil (hematites rojo) y cobre en Cabrales. La
extracción de mineral debía continuar el año siguiente pues, con data
14/1/1588, mediante carta se advierte a los justicias del concejo de Cabrales
que Montero tiene permiso para el beneficio metalúrgico del producto de la mina
y encareciendo nombren persona que permanezca en la fundición y envíe, cada
cuatro meses, relación documentada y dinero que le corresponda a la monarquía
en tales temas. Por fin, en San Lorenzo el Real y fechada a 11 de Septiembre de
1593, se concede licencia al citado Agustín Moreno, “para que pudiera
beneficiar una mina de carbón de piedra que descubrió en términos de Arancés,
jurisdicción de Avilés, principado de Asturias” (10). Esta mina es la primera
reseñada con exactitud, explotación documentada de hornaguera en Asturias.
Como hecho anecdótico
consignar que a Juan de Herrera –natural de Mobellán, Asturias, Director de las
obras del Escorial, desde el fallecimiento de Juan Bautista de Toledo, de quien
era ayudante, hasta la culminación de las mismas-, Felipe II le había hecho la
merced de concederle la propiedad, durante treinta años, de todas las minas de
cobre y plomo de Asturias; hacia 1570, en memorial dirigido al Secretario del
rey, comunica su renuncia al privilegio obtenido por no poder obtener
aprovechamiento alguno, debido a inconvenientes y problemas continuados con los
Contadores y el Consejo de Hacienda.
(9) Por su ubicación,
Guillermo Fernández Lorenzo (1989, Pág.14) considera que esta mina es de carbón
de piedra. Luis Adaro, al no haber Tomás González señalado el mineral a
extraer, no estima conveniente señalar la citada como primigenia explotación
documentada. Sí hace constar, sin embargo, que Salvador Fernández Penedo
(artículos publicados en La Nueva España) indica que en la fecha citada en el
texto se halla licencia para beneficiar minas de hornaguera en Arancés
(Castrillón). Afirmaba, el citado, que esta fecha debería considerarse “como
aquella en que se ha de iniciar toda la historia documental y seria, sin
leyendas pueblerinas, de nuestra minería de carbón”.
(10) En Tomás González
(1832) T I Pág. 191. La mina denunciada podía ser la que en su día se autorizó
a explotar a Pedro de Solís.
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