En Avilés, a 23 de Junio de
1771, Antonio Arizmendi y José Antonio Zaldua, informan a Joseph de Colosia,
Comisario Real de Guerra, de Marina y ministro principal de ella en esta
provincia, del resultado de sus indagaciones sobre la existencia en Asturias de
minas de carbón de piedra y de las prácticas más convenientes para su laboreo.
De este reconocimiento
podemos obtener la ubicación de varias minas en explotación en este tiempo,
primera referencia, al respecto, conocida. De esta manera, en el concejo de
Lena, en la parroquia de Loredo, una mina en Ablaña, y en la parroquia
mierense, dos en Voila y Ricueña, a media legua de la villa de Mieres, y todas
ellas en explotación. En el concejo de Langreo, en Turiellos, en el lugar
denominado el Puente, dos en utilidad; en Carballín (Valdesoto), otras dos y
los productos de ambas son vendidos a un asentista gijonés. En el concejo de
Bimenes se encuentran indicios de carbón. En Nava, parroquias de Priandi y
Santo Melero, se han efectuado extracciones y podrían continuar.
En la segunda parte del
informe señalan algunas de las diligencias necesarias para conseguir los
carbones más adecuados a las necesidades de la Marina. En primer lugar la
conveniencia de que la comisión de carbones sea efectuada por personal
conocedor de la técnica precisa para la detección de posibles yacimientos,
valoración de la calidad de sus carbones, su potencial riqueza y del
aprovechamiento más adecuado de las mismas, al objeto de evitar las malas
prácticas que en la actualidad se realizan, en especial las mezclas que
perjudican la calidad del producto extraído Como segunda providencia, la
necesidad de que los comisionados conozcan las técnicas de entibación al objeto
de conseguir la máxima seguridad y el mejor aprovechamiento de los veneros. Por
último las posibilidades de conducción por tierra y la imposibilidad de dar un
precio para el transporte por cauce
fluvial.
Adaro. (1989). T. III. Pág. 178 a 181, ai.
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