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viernes, 7 de septiembre de 2018

Las lanchas de Arnao. Conferencia.

            Aunque el carbón de Gijón tiene alguna corta ventaja al de estas Minas de Avilés, es con aplicación a las fuertes fundiciones de hierro, más para los Vapores los han preferido a los de Gijón por la mayor llama que ofrecen los de aquí; y así es que no consumen de otros todos los Vapores de la Marina Española…

                                                           Armando Nagel.  (CC.AHA.) 17-septiembre- 1835.

LAS LANCHAS DE ARNAO


Las minas de Arnao, sitas a orillas del mar a una legua corta, al Oeste del puerto de Avilés, han llamado la atención de los industriales desde tiempos bastante remotos, y de veinte años a esta parte la de muchas personas dedicadas a la ciencia.
Suficiente motivo era para lo primero la circunstancia topográfica y orográfica de que se hace mérito, máxime asomando a la vista sobre la pendiente de un ribazo, y en la misma playa del mar, en muchos bajamares plenilunios, un banco de considerable espesor, único conocido en la formación de Arnao, hasta estos últimos años, y objeto de explotación en tajos abiertos desde la primeras aplicaciones del combustible mineral en estas provincias[1].

            La primera pregunta que debemos plantearnos es conocer las ventajas que se buscaban con el consumo de carbón de piedra, hasta entonces lo había sido el carbón vegetal, para que se iniciaran los trabajos de explotación el 20 de diciembre de 1833, siendo el Ingeniero de minas belga Armando Nagel el director de la Real  Compañía Asturiana de Minas. Le acompañaron otros dos Maestros de minas belgas.

            Desde Bilbao, Hilarión José de Ugarte, quien se dedicaba a fabricar ollas de boca ancha a la francesa, aunque también fabricaba modelos a la inglesa, en escrito remitido a D. Pedro Martínez, en Arnao, nos aclara algunas cosas: No deje de traerme una muestra de esos carbones de piedra que me dijo, y que deben de empeñarse esos mineros es de hallar carbón de piedra como el Inglés que llaman de Composición para calcinarlo, este carbón es sólo polvo y cuando se echa a un horno como el de pan que tiene una abertura por arriba, el carbón polvo se une en tales términos que a veces hay que romper y sacar en pedazos  de dos o tres quintales, esto es lo que necesitamos, y no lo de Langreo que metemos una piedra de 3 quintales y sale todo derecho y en polvo... Sobre las propiedades que debía tener este carbón que recomendaba buscar en Arnao añadía: No tiene mal olor ni humo maligno que ataca a los pulmones antes a la contra se puede estar tomando su humo, con beneficio del pecho y a tísicos, así es preciso hallar esta calidad que el que la encuentra puede llamarse feliz, por la mucha venta que tendría para nosotros y el extranjero.

            Por casualidad entró a ver las fábricas un Sr. Coronel de Milicias que según pude traslucir es de ese Pueblo, hablaba de una Marquesa que  no se 



[1]        .  Desoignie. Adolfo. Descripción con plano y cortes geognósticos del criadero carbonífero de Arnao “Revista Minero Metalúrgica“. Año 1850. Pág 274.


si es Madre o Mujer y éste me dijo que en los reconocimientos que hizo un Químico en las minas de carbón de piedra que halló una calidad que no servía para fraguas, ni para fabricar fierro pero que quemaba sin ceniza, era más superior que de la mejor leña para pasar las coladas de ropa. Si V. puede indagar donde se halla esta clase de carbón espero me consiga  4 ó 6 quintales... contrataremos a trueque de potes[2].

En el lugar más próximo a la orilla del mar donde posteriormente se construiría el embarcadero de las lanchas se iniciaron los trabajos de explotación del yacimiento de Arnao. Elegido por Armando Nagel, junto con Nicolás Max Lesoinne, socio fundador de la Compañía, en el punto que me habéis designado en nuestro viaje de entonces, me ha parecido el más favorable... para llegar al carbón en menos tiempo[3]. Armando Nagel continuó con las obras. En Arnao hizo un relleno en el muelle para embarcar el carbón y preparó un camino para llegar a la mina. En Santa María del Mar preparó el camino hasta donde cargarían las lanchas y en San Juan preparó el muelle y el cargadero a pie de mina e hizo una fragua y una caseta para trabajar la madera. Posteriormente se propuso quitar la peña de Arañón que hace el puerto de San Juan muy peligroso[4].
El lunes 5 de enero de 1835 se registra el primer transporte de carbón en carros a Avilés. Son 50 quintales castellanos[5]. Seguirían ese mismo mes envíos de 12, 40 y 41 quintales. Los gastos de acarreo resultaban muy elevados, encarecían el precio 2 ½ reales el quintal castellano puesto a bordo, más del 35%. Es el primer problema importante que ha de resolver Armando Nagel para competir con el carbón que se exportaba desde Gijón. La corta distancia en el mapa entre el yacimiento y el fondeadero de San Juan donde se embarcaría en los veleros resulta engañosa. La loma de San Martín, en las proximidades del yacimiento resulta insalvable para el paso de los carros y se plantea la necesidad de hacerlo por mar, pese a las dificultades que entrañaba:
Esta costa es tan peligrosa en tiempo de invierno, que estaremos cuatro o cinco meses anualmente sin vender carbón… La mala barra de Arnao es uno de los obstáculos mayores que se ofrecen en estas minas…
La mina explotada por la Real Compañía Asturiana de Minas era la de Arnao. Una en Santa María del Mar y la otra en San Juan empezarán a explotarse dentro de algunos meses
Armando Nagel proseguía con los trabajos:
Estamos ahora haciendo en Arnao un almacén en el muelle que servirá para almacenar el carbón por el invierno y para cargar las lanchas en flota: están empleados en él 60 jornaleros y contamos que se rematará dentro de un mes[6] y favorecería la exportación del mineral.




[2]        . Copiador de cartas Archivo Histórico de Asturiana de Zinc. En lo sucesivo: (CC.AHA.). (15-Diciembre-1833).
[3]      .  Carta de Armando Nagel  a Max Lesoinne. 1 -enero-1834. AHA.
[4]       . (CC.AHA.) 17-septiembre- 1835.
[5]       .  El quintal castellano equivale a 45 Kg.
[6]       . Carta de Armando Nagel a José Mª Ferrer. 11 -septiembre-1835. AHA.

                En el Archivo Histórico de Asturiana de Zinc encontré el primer documento de embarque de carbón de la Real Compañía Asturiana de Minas. Se trata del buque francés Le Cid, de Nantes, Capitán Mr. Tahet. Llegó  el 26 de mayo de 1835 y  se hizo a la vela desde el fondeadero de San Juan con destino al puerto de Adra el día 10 de junio con un cargamento de 2.620 quintales de carbón[7] para el primer cliente importante: SS. Scholtz Hermanos, sociedad del comercio malagueño que durante algún tiempo estuvo en la Gerencia de la fundición metalúrgica de plomo de San Andrés, ubicada en Adra pretendían adquirir 8.000 a 10.000 quintales castellanos de carbón al mes. El importe de esta primera venta ascendió a 7.550 reales de vellón. Es significativo, pero no ocasional, que el primer velero que embarcó con carbón sea un velero francés. Estos veleros tienen asegurado el retorno desde el muelle de San Andrés en Adra donde cargan plomo para los puertos del Norte de Francia. El cargamento se termina de completar con pasas, vino o aceite, debido a que el peso del plomo no permite llenar las bodegas de los barcos de vela sólo de este producto. En su viaje de ida se aprovisionaban en Gijón y a partir de ahora también lo harán en el fondeadero de San Juan.

Para transportar el carbón hasta el velero en el embarcadero de San Juan se utilizaron lanchas desde el muelle construido al efecto. Sobre la tripulación de las mismas sabemos, por un comentario ocasional realizado dos años más tarde:

En la actualidad no hay más trabajos de reconocimiento que los de la Mina de Santa María del Mar, en ella están empleados 7 hombres, a saber 5 peones, 1 herrero y el muchacho del fuelle; estos componen la tripulación de una lancha y no trabajan cuando hay temporales que impide conducir carbón por mar... En la Mina de Arnao no se pueden emplear marineros porque los trabajos no se pueden arreglar con peones que no se encuentran los días que el tiempo está bueno[8]

Coincidiendo con las revueltas Carlistas la situación que atravesó la Real Compañía Asturiana de Minas por falta de liquidez y pedidos fue crítica, lo puso de manifiesto su director Armando Nagel a Joaquín María de Ferrer, socio fundador de la Compañía.
Con impaciencia espero el favor de sus cartas en la situación crítica que he quedado de no tener extracciones, precisamente en la estación más oportuna, y cuando hay almacenado en estado de embarque considerable cantidad de dicho combustible[9].

Esta situación, discurría el año 1837, obligó a Armando Nagel a cerrar las minas de Santa María del Mar, cuyo laboreo se reanudaría años más tarde por las galerías de la Mina de Arnao, y la de San Juan, donde se extraía carbón para los caleros que existían en la desembocadura de la ría avilesina. Cansado de la tensa situación a que estuvo sometido en esa época, Armando Nagel dejó hecha la siguiente reflexión:
Si esta Guerra desoladora de los Pueblos, familias y de sus fortunas



[7]       . (CC.AHA.) 4 -abril- 1835.
[8]       . (CC.AHA.) 16-enero-1838.
[9]       . (CC.AHA.) 8- agosto-1837. 

tuviesen pronto término, el aspecto de las Minas sería bien diferente. Si aquel mal influye en la decadencia de todos los Establecimientos e industrias, no es ésta la que menos sufre sus consecuencias por no ser de una parte las extracciones lo que debieran, y de otra la lucha  de tantos obstáculos como semejante estado presenta para los negocios y el Gobierno para adelantar en su fomento[10].
Adolfo Lesoinne, Ingeniero de minas y profesor en la Escuela de Minas de Belgica, nieto de Maximilián Max Lesoinne, vino en verano a Arnao a relanzar el laboreo en la mina. Al regreso a su país lo acompañaría Armando Nagel que fue a París a visitar a su padre y al Sr. Aguado, Marqués de las Marismas, quien recientemente había adquirido las Minas de Langreo y el director de Arnao pretendía dirigirlas. Para conseguirlo, antes de partir, le pide ayuda a su amigo Guillermo Schulz, Inspector de Minas de Asturias y Galicia, al corriente de su viaje, en los  siguientes términos:
... debo manifestar a V. que será muy regular que no permanezcamos en esta sino hasta fines del presente mes, por si sucediese que V. retardase para mas adelante su venida, ruego a V. tenga la bondad de recomendarme al Sr. Aguado de París para cuanto considere necesario , ya con respecto a mi en el caso de que se determinase y aceptase la dirección de sus Minas de Langreo, como también para otros planes que tal vez pudiesen tener lugar en beneficio de ambas empresas, a cuyas consideraciones estaré sumamente reconocido[11].
A su regresó a Asturias Armando Nagel  se hizo cargo como director de las Minas de Langreo[12].
En octubre de 1838, el también Ingeniero de Minas belga, Adolfo Desoignie sustituyó a Armando Nagel en la dirección de la Real Compañía Asturiana de Minas y según el Ingeniero  José González Lasala[13], cuando se encargó de la dirección de estas minas, con criterio firme abordó un primer problema que se le planteó porque al tener que estar atracados demasiado tiempo los veleros en el embarcadero de San Juan por falta de carbón, le obligó, en varias ocasiones, a asumir los gastos de las estadías de dichos veleros, total o parcialmente. Tomó  dos medidas  que enseguida se hicieron notar en la rapidez de los embarques de mineral. Puso techo al depósito que tenían habilitado en el embarcadero de San Juan y modificó el sistema de embarque, y al efecto discurrió el aparato de que se hace uso en la actualidad, muy bien dispuesto considerándolo teóricamente, y mejor si se le ve trabajar, y el modo de apreciar todas las circunstancias a que tiene que dar cumplimiento.

Continuará...


[10]      . (CC.AHA.) 17 -julio- 1838.
[11]      . (CC.AHA.) 19 -octubre- 1838.
[12]      . (CC.AHA.) 7 -mayo- 1839.
[13]     . González Lasala, José. Memoria sobre las minas de carbón de piedra de Arnao (Asturias)/ Presentada a la Dirección General del ramo por el aspirante D. José González Lasala /1847. Centro de Estudios Rurales de Cantabria.  Universidad de Cantabria 1991.




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